¿Qué es la tripofobia?

¿Qué sientes cuando ves un panal, una granada madura o las diminutas burbujas de tu café con leche de la mañana? En la mayoría de los casos, no sentimos nada. En cambio, las imágenes con agujeros muy juntos pueden desencadenar importantes sensaciones de ansiedad, odio o pánico en alguien que tenga tripofobia o fobia a los agujeros.

¿Qué es exactamente la tripofobia?

La tripofobia no está reconocida actualmente como un diagnóstico de salud mental por la Asociación Americana de Psiquiatría, ni está clasificada en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5). Sin embargo, muchos especialistas en salud mental la reconocen como un trastorno frecuente, y definitivamente parece genuina -y a menudo bastante angustiosa- para cualquiera que se enfrente a ella.
Aunque es imposible decir cuán frecuente es la tripofobia, una investigación publicada en Psychological Science informó de que el 16% de los encuestados experimentaron pavor, malestar, aversión y asco al mirar un grupo de agujeros, como los de una vaina de loto.
 

¿Cuáles son los signos y síntomas de la tripofobia?

Las imágenes suelen desencadenar la tripofobia, y muchos individuos desarrollan síntomas a los pocos segundos de verlas. Una vez más, las imágenes con agujeros muy juntos son más propensas a provocar síntomas, aunque algunos individuos informan de síntomas cuando ven una imagen con agujeros o patrones de manchas.
 
Algunos de los desencadenantes más frecuentes de la tripofobia son los siguientes
  • Panales de miel
  • Fresas
  • Ojos de insectos
  • Esponjas de coral
  • Burbujas
  • Vainas de la flor de loto
  • Cantalupo
  • Ojos en racimos
  • Piel de animal manchado
  • Agua condensada
  • Granadas
Las personas con tripofobia suelen tener respuestas graves al ver estas imágenes. Sin embargo, el trastorno está relacionado con un amplio espectro de emociones. Algunos de los síntomas mentales y físicos más típicos que experimentan quienes tienen tripofobia son los siguientes
  • Miedo
  • Asco
  • Malestar
  • Náuseas
  • Repulsión
  • Pánico
  • Aceleración de los latidos del corazón
  • Picazón y sensación de “hormigueo” en la piel
  • Sudoración
  • Temblores
  • Piel de gallina
  • Dificultad para respirar

¿Qué causa la tripofobia?

Los expertos no han podido precisar la causa de este miedo a los agujeros, aunque hay varias posibilidades, la mayoría de las cuales tienen que ver con la evolución y la adaptabilidad humanas. La idea es que las imágenes de agujeros estrechos evocan cosas que los humanos temen propiamente (animales peligrosos, enfermedades contagiosas). Ver imágenes que se parecen a éstas provoca sensaciones desagradables en las personas que tienen tripofobia.
 
Según un estudio publicado en Cognition and Emotion, la tripofobia puede estar relacionada con el miedo a los parásitos y las enfermedades infecciosas, que a menudo se manifiestan como patrones de agujeros densamente agrupados (forúnculos, la erupción del sarampión, picaduras de insectos, un cuerpo cubierto de moscas, etc.).
 
“Nuestra hipótesis es que la aversión a las agrupaciones es una reacción preparada evolutivamente a una clase de estímulos que imitan las indicaciones a la presencia de parásitos y enfermedades infecciosas”, escriben los investigadores. “La tripofobia podría ser una forma exagerada y sobregeneralizada de una reacción habitualmente adaptativa”.
 
Algunos estudios creen que el miedo a los agujeros está relacionado con el temor a las criaturas peligrosas. Otros investigadores, sin embargo, descubrieron que no había ninguna asociación entre las imágenes de criaturas venenosas y la tripofobia, sino que las imágenes y los patrones visuales tripofóbicos son fundamentalmente aterradores para individuos específicos.
 

Tratamientos de la tripofobia

Si tiene miedo a los agujeros, es posible que se avergüence de expresar sus sentimientos. Debe ser consciente de que no le pasa nada. La tripofobia está más extendida de lo que la mayoría de la gente sabe; es una de esas cosas que tiene más que ver con su composición genética que con cualquier otra cosa. Algunos somos más sensibles que otros a estas imágenes. Dicho esto, no deberías tener que “aguantar” si crees que el miedo a los agujeros interfiere en tu capacidad para operar o disfrutar de tu vida diaria. La tripofobia se relaciona con mayores índices de ansiedad y depresión, por lo que, si tiene esos síntomas y miedo a los agujeros, puede ser el momento de buscar tratamiento profesional.
 
El tratamiento de exposición (que se utiliza bien para muchas formas de fobias) y la terapia cognitiva conductual son dos tipos de terapia que pueden beneficiar a la tripofobia (TCC). La medicación puede ser necesaria para ayudarle a controlar los síntomas de ansiedad o depresión. La meditación y los métodos de relajación, así como una alimentación sana, el ejercicio físico y una excelente higiene del sueño pueden ayudar a aliviar los síntomas.
 
Cualquiera que haya experimentado la tripofobia entiende que es una condición muy genuina que puede ser desagradable, si no aterradora, a veces. Sin embargo, el sufrimiento no tiene por qué ser su realidad. Hay ayuda disponible, y usted merece sentirse bien para vivir una vida plena y feliz.